El problema de la Etiqueta LGBT en Wattpad y en Otros Ámbitos Literarios


Introducción

He podido comprobar de manera reciente que muchos escritores en Wattpad rechazan con fuerza la idea de etiquetar su historia como literatura gay o queer, como si esta forma de catalogar obras fuera algo tabú, ominoso.


Argumentan que quieren diferenciarse de aquellos autores que utilizan la etiqueta para promocionar la historia de un modo superfluo, banal y que no aporta nada nuevo a la literatura contemporánea.


Otro motivo que he leído para odiar la etiqueta queer en las historias de temática homosexual, es que a veces se utiliza para dar visibilidad a historias románticas que perpetúan la visión jerárquica de las relaciones entre personas del mismo sexo. Un ejemplo de ello son los fanfiction que muestran los roles de seme como dominante y uke como el sumiso.


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Muchas veces, esta estructura de poder viene definida por la diferencia de edad que presentan ambas partes. El dominante suele ser un personaje maduro, con mas experiencia en el ámbito vital y sexual que el joven sumiso.


La figura que representa la dominancia es una autoridad en su campo laboral y tiene una estabilidad económica que le permite llevar una vida holgada y plena pero añora la frescura y la espontaneidad de tiempos pasados en los que gozaba de un aguante envidiable a la hora de darse la vida padre y, por tanto, busca en su juvenil e ingenua pareja, un medio de desahogo para escapar durante unos instantes de sus responsabilidades y el tedio que estas le producen. Esta situación puede tener desde un tono suave y romántico hasta adquirir matices violentos, donde el seme puede llegar incluso a violar al uke, como forma de control y posesión de su psique.


Este sistema para crear parejas homosexuales -la mayoría, hombres- en la ficción, ha dado lugar a dilemas morales y ha llevado a muchos usuarios de esta plataforma a calificar este modelo como una construcción pederasta y obsoleta, que no se ajusta a la premisa social y crítica que debería representar la etiqueta gay. La mera mención de este tipo de historias en la plataforma les saca los colores y, avergonzados, tratan de crear nuevos modelos de personalidad alejados de todo lo que tenga que ver con esos roles que consideran cavernícolas y tóxicos. Estos nuevos personajes, imagen de nuestro tiempo, pasan por un proceso de empoderación y se convierten en los adalides de la justicia social y moral.


Sin embargo, al mismo tiempo, los autores que se enorgullecen de haber cambiado la esencia de la literatura queer también están limitando las situaciones conflictivas de sus historias y a los actores de estas, dibujando un perfil bastante plano de ellas.


No conciben la idea de mostrar la maldad y lo escoria que puede llegar a ser un personaje homosexual, trans o intersexual, tal y como podríamos retratar a uno heterosexual sin ningún tipo de problemas. Estos autores se olvidan de explorar la complejidad de las acciones y los objetivos de sus personajes y confunden -o relacionan- el género y la sexualidad de ellos con el grado de bondad o maldad, de heroísmo o de villanía que alberguen en sus corazones.


Dicho esto, voy a profundizar en el meollo del asunto y esto me lleva a plantearme las primeras preguntas.


¿Qué es la literatura queer?


¿Existe realmente o es un animal mitológico, como muchos plantean?


¿Puede existir como género propio para diferenciarse de la literatura hetero o debe permanecer junto a la literatura convencional sin destacar?


Muchos escritores famosos siempre han rechazado que sus historias fueran englobadas dentro del marco LGBT. Uno de ellos es Hesse, autor de Siddharta o bajo la rueda, entre otros. Pese a que en sus relatos se puede ver claramente que muchos de sus personajes experimentan cierta confusión cuando profesan cariño hacia otros de su mismo sexo, él argumentaba que sus textos trataban de hacer reflexionar al lector solo sobre la moral rígida de la época, el instinto de rebeldía de la juventud y la intensidad de los amoríos entre un hombre y una mujer.


No es de extrañar que si las grandes figuras de la literatura contemporánea veían la etiqueta como un símbolo negativo y una mala imagen para sus obras, esa visión haya pasado de generación en generación para asentarse en el imaginario colectivo como algo que debe evitarse por miedo a alienar a una parte del potencial público de nuestras historias.


En este artículo se ve de forma clara y bien argumentada el fenómeno y habla sobre cómo, tras haber pasado por un proceso de modernización en nuestra percepción de lo social y hechos históricos, aún seguimos viendo la etiqueta como un sistema arcaico homo / hetero de las relaciones personales.


https://www.infolibre.es/noticias/los_diablos_azules/2016/07/15/literatura_experiencia_queer_52491_1821.html


Es innegable la existencia de la literatura queer a día de hoy -tal y como la conocemos-. Su consolidación se produjo gracias a la llamada contracultura, en la década de los sesenta, aunque ya se tenía constancia de esta literatura más allá de lo convencional en la década de los años veinte del siglo pasado. Los autores de este nuevo paradigma presentaron recursos innovadores para retratar a este colectivo de una manera diferente, lejos de los prejuicios tradicionales e invitando al lector a sumergirse en el mar de la diversidad. Pero eso no significa que antes no hubiera figuras LGBT dentro de la literatura. Yo diría que hasta controvertidas.


Los autores clásicos siempre han coqueteado con el lado desconocido del ser humano en sus escritos y sus obras teatrales. Ya en la antigua Grecia se hablaba del amor entre dos hombres, de transformismo, de la sexualidad de la mujer y de la juventud masculina como un ideal de perfección que los hombres maduros contemplaban con adoración. Una situación que a día de hoy nos escandalizaría y tildaríamos como pedófila. Incluso en ese mismo periodo también se consideró deleznable por ciertas instituciones y la propia sociedad. He aquí el artículo que lo expone:


https://www.abc.es/cultura/20150512/abci-mito-homosexualidad-antigua-grecia-201505112050.html


A veces nuestra concepción de lo que es una relación queer viene dada por lo que explica en el artículo acerca de cómo presentaban las sociedades clásicas a estas parejas, tal y como lo plantee en los primeros párrafos de este ensayo. Aunque esto se siga aplicando a la literatura que predomina en Wattpad, no es el denominador común. Sin embargo tampoco podemos negar los antecedentes que nos ha legado la historia en cuanto a estos roles porque sería negar la mayor.


¿Está bien utilizar la etiqueta Gay en nuestras historias? Ni bien ni mal. La literatura LGBT no se limita sólo a crear una imagen reivindicativa del colectivo. Engloba un gran abanico de posibilidades y nosotros, como escritores, deberíamos ser capaces de discernir entre nuestro propio criterio y nuestra moral y el contexto que le queramos dar a un personaje que en un principio pueda ser pernicioso y los lectores puedan sentirse ofendidos por ello. 


Explorar los confines del universo creativo y psicológico de nuestra historia es un must al que todo novel debería aspirar sin temer lo que el público objetivo de esa novela llegue a opinar o sin tener miedo de lo que uno, como persona, pueda llegar a descubrir dentro del proceso. La literatura queer es Álvaro Pombo o Antonio Gala, pero también lo es Dennis Cooper, un famoso escritor de literatura erótica y snuff. Puede ser crítica, encantadora o puede ser sórdida y despreciable para nuestra mentalidad.


El hecho de catalogar nuestra literatura como nos dé la gana no tendría por qué ser en un principio perjudicial para nuestra carrera de escritor. Cada uno debería tener la libertad de escribir cualquier situación por peliaguda que sea y sentirse libre de concebir todos los males del mundo para un personaje que desee, sin importar su orientación sexual o su género.


El problema no es la etiqueta. El problema es el uso de la misma por el gran hombre blanco con un interés comercial o de sorna que busca perjudicar, hacer burla o incluso hacer que el consumidor promedio heterosexual de ese contenido se deleite con el beso húmedo de dos mujeres. Y, por otro lado, está el tema del queerbaiting que afecta a la representación LGBT en los medios visuales. ¿Qué es el queerbaiting? Tigrillo os lo explica en este vídeo: 





Quizá muchas personas confundan esta situación con la que podrían crear en su propia historia y por eso tienen miedo o no consideran englobar su trabajo dentro de la temática LGBT.



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