Homofobia y Transfobia en España
Pensé, en un inicio, comenzar este nuevo capítulo hablando sobre lo engañoso que me parece el programa que oferta Wattpad para monetizar sus historias, o Wattpad Next Beta. Si os interesa el tema y queréis un avance de ello, podéis encontrar un artículo en este blog, que trata el asunto de la monetización con escepticismo y con la desconfianza propia de cualquier persona que quiera comenzar sus andanzas en la escritura profesional con esta plataforma:
Hoy, en cambio, me gustaría centrarme en un asunto que cada vez está adquiriendo mayor gravedad en España, el país donde resido, y que considero importante tratar en este espacio de opinión. Para ello, empezaré exponiendo un par de casos de LGBTFobia que han sufrido dos personas de mi círculo más cercano. Después analizaré los datos que he ido recopilando sobre el tema. Muchas de las estadísticas están en Internet, de modo que adjuntaré los enlaces para que vosotros también podáis echar un vistazo, si es ese vuestro deseo. Sin más dilación, comencemos. Las identidades, por supuesto, son falsas para preservar su intimidad.
Mi amiga Carolina es una chica trans. Comenzó el año pasado a hormonarse y tiene que seguir una serie de pautas, además de acudir de forma regular al psicólogo y al médico para controlar su programa. Por lo que me cuenta, su transición no está siendo fácil y parte de su familia y amigos no entienden que quiera visibilizarse como trans.
De hecho, suele ser ridiculizada en las reuniones familiares y los problemas derivados del proceso de transición no son tomados en serio, salvo por la figura materna. En la calle, la sensación que tiene ella de estar fuera de lugar se agrava con los comentarios de la gente. El último incidente relacionado con esto, ocurrió en un bar cuando ella se dirigía al lavabo de mujeres.
Una camarera comentó después de forma indirecta, a una amiga de ella, que por qué había entrado en el aseo de señoras cuando ella era un hombre. Este es el más reciente en la larga lista de comentarios despectivos y sarcásticos que ha tenido que soportar y no solo en un ambiente distendido de ocio. La insensibilización de las instituciones públicas y de la burocracia se hace palpable cada vez que ella tiene que hacer algún trámite administrativo o acudir a una consulta médica.
Tampoco siente que su integración en la sociedad esté asegurada, ya que percibe que cada vez hay menos personas trans que se visibilizan en manifestaciones o marchas ni animan, como comunidad dentro del colectivo, a que otras den el paso. Además, no ve en los cis-heterosexuales a ningún aliado ni ningún tipo implicación humanitaria y emocional por su parte.
No obstante y pese a todo lo que acabo de contar, se considera afortunada por no haber sufrido ninguna agresión física, aunque tampoco descarta que en el futuro le pueda tocar a ella y pueda ser objeto del odio y la ignorancia de retrógrados violentos.
El siguiente caso sí trata sobre una agresión física y tiene como protagonistas a mi amigo Alfonso y a su novio, Manuel. Ellos se encontraban con un grupo de amigos tomando algo dentro de un bar de la capital. Mi amigo Alfonso se fue al baño dejando a Manuel con el resto de sus amigos y, en ese momento, entró un hombre con pinta de haberse tomado varias copas de más. El sujeto comenzó a meterse con el novio de mi amigo gritándole lindezas como maricón, fuera de Madrid y me das asco. A Manuel se le inflaron sus gónadas y se encaró con él pero sin llegar a las manos.
El primero en golpear fue el tipo y el encargado del local al final, intervino y los separó. Alfonso, que no tenía ni idea de lo que pasaba, volvió del baño y se encontró con el pastel. Tomó la determinación de llamar a la policía pero el tipo que le atendió dijo que no recogía ese tipo de denuncias pasadas las doce de la noche, algo que por lo visto es mentira y podríamos considerar como una negligencia. El borracho salió huyendo ante la pasividad del dueño del bar que optó por fingir que allí no había pasado nada. No es de extrañar que muchas personas del colectivo desconfíen de los cuerpos de seguridad si con este ejemplo queda retratada la falta de formación que tienen ante los delitos de odio que se producen en la ciudad a diario. Y esto, si tenemos en cuenta que existe dentro del cuerpo de policía municipal una unidad que se encarga de este tipo de altercados como podemos ver aquí en esta página web:
https://diario.madrid.es/blog/2017/11/13/policia-municipal-contra-los-delitos-de-odio/
Fueron al hospital para que Manuel obtuviera un parte médico de agresiones y así poder formalizar la denuncia. Pero la pasividad de los auxiliares sanitarios ante este hecho dramático, también les indicó a mi amigo y a su novio que incluso en ese ambiente, los profesionales carecían por completo de una instrucción enfocada en los delitos de odio.
Puesto que una imagen vale más que mil palabras, os adjunto un vídeo acerca del aumento insólito de las agresiones LGBTfóbicas en el año 2017.
Odio en la Comunidad de Madrid
Según datos del Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia, que reflejan que apenas se denuncia uno de cada tres ataques.
En 2018 se registraron 345 incidentes de odio en la región y 600 atenciones, según datos de Arcópoli. El denunciante promedio de estos ataques suele ser hombre, de entre veinte y veintinueve años, con una edad similar al que le increpa y le humilla, puesto que quien comete el acto de odio también es hombre. Sin embargo, los que lo sufren solo denuncian una de cada tres agresiones y las que constan como denuncias oficiales en ese año son ciento una.
Los sucesos se producen en la capital, fundamentalmente en centro de la ciudad o la llamada Almendra, Moncloa y Ciudad Lineal, y en treinta y siete municipios de la región. Las estadísticas también advierten que las agresiones con respecto al año anterior, aumentaron un 7, 5 %.
Respecto al tipo de agresiones, en primer lugar se sitúan las verbales, seguidas del hostigamiento o del discurso de odio. El Observatorio ha constatado cinco casos de acoso escolar; 40 agresiones físicas; 10 situaciones de discriminación laboral y tres supuestas terapias para «salir» de la homosexualidad. Los lugares donde se producen las agresiones son en su mayoría en lugares públicos y de gran afluencia.
Colectivo LGBT en el entorno rural
Otro problema grave en este país es el pensamiento retrógrado y tradicional que aún conserva la mayoría de la población que vive en el campo. Salir del armario y tener una vida plena y libre en los pueblos de España es muy difícil debido a la mentalidad imperante.
Los habitantes de los pueblos, núcleos que población cada vez más mermados hasta el punto de la extinción debido al éxodo rural, consideran el género y la sexualidad de las personas LGBT como algo tabú, de lo que no debe hablarse.
También piensan que es algo dañino para ellos y las familias de estas personas queer ven que, que su hija o hijo salga del armario o quiera hacer una transición de género, es una deshonra y una posible comidilla que pueda nutrir de nuevo material a los cotilleos del vecindario.
De nuevo, os adjunto otro artículo que habla de la violencia y el odio al que se somete al colectivo queer en un ambiente pueblerino.
https://www.eldiario.es/sociedad/lgtb-rural-homofobia_0_372713007.html
Religión y orientación sexual
En este vídeo se muestra lo difícil que es compaginar la sexualidad con la espiritualidad y la religión inculcadas desde pequeños, en este caso dentro del colectivo musulmán. Muchas de estas personas huyen de la dura represión y la posible pena carcelaria en incluso de muerte que a día de hoy siguen vigentes en sus países.
Sin embargo no hay que irse muy lejos para observar que dentro de nuestras fronteras ha habido un repunte de las terapias de reconversión en el entorno cristiano, de persecuciones públicas a personas del colectivo por parte de instituciones disfrazadas de ONGs como Hazte Oír y de escándalos de pederastia que salpican a miembros importantes dentro de la iglesia católica.
Grupos políticos de la ultraderecha como VOX incluyen en sus programas electorales la derogación del matrimonio homosexual, de la ley de violencia de género y de las clases de inclusión LGBT que se da en las aulas para reducir el acoso escolar a los niños del colectivo para sustituirlas con unas clases de reconversión y de la estructura de la familia tradicional.
Este vídeo explica la polémica que hubo cuando la organización Hazte Oír decidió salir a las carreteras con un autobús que mostraba un mensaje transfóbico en sus laterales. Y aquí abajo os muestro un testimonio de una persona queer que asistió a una de estas llamadas terapias de reconversión.
La conclusión a la que llego viendo todos estos datos y testimonios es que aún queda mucho por hacer en este país para que las personas del LGBT puedan caminar por la calle con total libertad sin ser el objeto de mofas y agresiones por una muchedumbre cada vez más influenciada por las corrientes retrógradas y homófobas, las cuales están aumentando debido al auge del pensamiento y y las políticas de extrema derecha, y a que la recalcitrante iglesia católica aún controla las vidas, la espiritualidad y las formas de pensar de una población cada vez más envejecida y menos inclusiva con el prójimo.
Quiéranse.
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